jueves, 17 de octubre de 2013
viernes, 11 de octubre de 2013
lunes, 7 de octubre de 2013
"En torno a la Literatura Infantil" Juan Cervera
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RESUMEN:
Juan Cervera en el artículo “En torno a la literatura infantil” presenta un breve análisis de la literatura infantil desde su presencia en la sociedad como literatura propiamente dicha hasta el día de hoy, y su implicación en la escuela y en la formación de los niños.
Es necesario recalcar la definición de literatura infantil antes de empezar a hablar sobre ella. La literatura infantil es “la obra estética destinada a un público infantil” BORTOLUSSI, (1985, p. 16). El objetivo primordial de esta literatura, pues, es satisfacer las necesidades del niño. Esto comporta, por tanto, una mayor especialización en el campo de la literatura infantil, es decir, una indudable dificultad no por sus temas o contenidos, sino por su tratamiento.
En toda obra de literatura para niños, el adulto “recrea una experiencia infantil”, pero estas experiencias pueden ser falsas, por la falta de memoria, por el riesgo de idealización con que recordamos nuestra infancia o por “experiencias” inauténticas que nada tienen que ver con el niño al que destinamos nuestra literatura. Por este motivo, es estrictamente necesario el acercamiento del niño, es decir, su encuentro natural a todas las creaciones de literatura.
Por otro lado, es cierto que en la edad adulta actuamos de acuerdo a nuestra forma de pensar y a nuestros intereses que se rigen por nuestros principios, pero no debemos olvidar que el niño se está formando y educando a través de su familia y de la escuela. Dicho esto, la literatura infantil puede caer en el riesgo de actuar de acuerdo a una forma de dirigismo bajo el mando de quien lo ejerza, pues toda literatura dirigida puede ser manipulada.
Consecuentemente, la escuela es la entidad más eficaz de promoción de literatura infantil. La escuela ejerce por sí misma el poder de controlar la literatura infantil en los alumnos, a través de lecturas, actividades, etc. Esto apunta una serie de riesgos: el dirigismo (la escuela como gestora de gran parte de la educación), la instrumentalización (utilizar la literatura infantil con fines didácticos) y la adecuación entre las exigencias educativas y la libertad de expresión y creatividad (desacuerdo entre el autor y el educador).
Por último, debemos decir que la expansión de la literatura infantil está llamada a experimentar un fuerte crecimiento. Sin embargo aun queda mucho camino hasta llegar a disipar todas las nubes que se ciernen sobre la literatura infantil.
Es necesario recalcar la definición de literatura infantil antes de empezar a hablar sobre ella. La literatura infantil es “la obra estética destinada a un público infantil” BORTOLUSSI, (1985, p. 16). El objetivo primordial de esta literatura, pues, es satisfacer las necesidades del niño. Esto comporta, por tanto, una mayor especialización en el campo de la literatura infantil, es decir, una indudable dificultad no por sus temas o contenidos, sino por su tratamiento.
En toda obra de literatura para niños, el adulto “recrea una experiencia infantil”, pero estas experiencias pueden ser falsas, por la falta de memoria, por el riesgo de idealización con que recordamos nuestra infancia o por “experiencias” inauténticas que nada tienen que ver con el niño al que destinamos nuestra literatura. Por este motivo, es estrictamente necesario el acercamiento del niño, es decir, su encuentro natural a todas las creaciones de literatura.
Por otro lado, es cierto que en la edad adulta actuamos de acuerdo a nuestra forma de pensar y a nuestros intereses que se rigen por nuestros principios, pero no debemos olvidar que el niño se está formando y educando a través de su familia y de la escuela. Dicho esto, la literatura infantil puede caer en el riesgo de actuar de acuerdo a una forma de dirigismo bajo el mando de quien lo ejerza, pues toda literatura dirigida puede ser manipulada.
Consecuentemente, la escuela es la entidad más eficaz de promoción de literatura infantil. La escuela ejerce por sí misma el poder de controlar la literatura infantil en los alumnos, a través de lecturas, actividades, etc. Esto apunta una serie de riesgos: el dirigismo (la escuela como gestora de gran parte de la educación), la instrumentalización (utilizar la literatura infantil con fines didácticos) y la adecuación entre las exigencias educativas y la libertad de expresión y creatividad (desacuerdo entre el autor y el educador).
Por último, debemos decir que la expansión de la literatura infantil está llamada a experimentar un fuerte crecimiento. Sin embargo aun queda mucho camino hasta llegar a disipar todas las nubes que se ciernen sobre la literatura infantil.
VALORACIÓN PERSONAL:
Personalmente, pienso que hasta que no consideremos a los niños como personas, y no como proyecto de los adultos, no habrá una verdadera literatura infantil. Debemos asumir las características propias de este público determinado y considerar las diferencias que comportan de cara al adulto. Tan solo de esta manera podremos hablar de literatura infantil.
Por ello, de acuerdo con el autor, considero que es necesario el acercamiento del niño a las creaciones de literatura, puesto que si el propósito de la literatura infantil es satisfacer las necesidades de los niños, no hay mejor manera de conseguirlo siendo estos partícipes de la misma.
Dicho esto, me gustaría hacer referencia a la siguiente afirmación del escritor Julio Cortázar:
Por tanto, se hace evidente que la imaginación y la creatividad son componentes fundamentales en la creación de la literatura infantil. La falta de dichos componentes, acabaría con la verdadera literatura infantil que complace y da respuesta a las necesidades íntimas de los niños.
Finalmente, considero que es necesario destacar el papel del docente como mediador (promotor) de la literatura infantil en el aula. El docente debe orientar el proceso de lectura, creando un camino de motivaciones, intereses y disfrute por la misma. En definitiva, ofrecer experiencias lectoras que cumplan las expectativas del alumno. De esta manera, conseguiremos crear un vínculo afectivo entre la lectura y el alumno, de forma que la lectura formará parte de la vida de los alumnos como fuente de goce y de placer.
Por ello, de acuerdo con el autor, considero que es necesario el acercamiento del niño a las creaciones de literatura, puesto que si el propósito de la literatura infantil es satisfacer las necesidades de los niños, no hay mejor manera de conseguirlo siendo estos partícipes de la misma.
Dicho esto, me gustaría hacer referencia a la siguiente afirmación del escritor Julio Cortázar:
“Es verdad que si a los niños los dejas solos con sus juegos, sin forzarlos, harían maravillas. Usted vio cómo empiezan a dibujar y a pintar; después los obligan a dibujar la manzana y el ranchito con el árbol y se acabó el pibe”.
Finalmente, considero que es necesario destacar el papel del docente como mediador (promotor) de la literatura infantil en el aula. El docente debe orientar el proceso de lectura, creando un camino de motivaciones, intereses y disfrute por la misma. En definitiva, ofrecer experiencias lectoras que cumplan las expectativas del alumno. De esta manera, conseguiremos crear un vínculo afectivo entre la lectura y el alumno, de forma que la lectura formará parte de la vida de los alumnos como fuente de goce y de placer.
Enlace: http://bib.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/02584952190269595209079/index.htm
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LA CRÍTICA ES BELLA. CÓMO ANALIZAR LOS LIBROS PARA NIÑOS.
LA CRÍTICA ES BELLA. CÓMO ANALIZAR LOS LIBROS PARA NIÑOS.
Resumen del artículo:
Ana Garralón.
Desde siempre los adultos son
quienes deciden que deben y que no deben leer los niños, han modelado su gusto
lector. Además, los libros escritos para niños han sido generalmente un
vehículo para la pedagogía al uso.
Los libros para niños gozan de
una buena posición en cuanto a la industria, aunque no se les considera
literatura en toda regla, pero por otra parte no están presentes en los medios
de comunicación, prensa, etc, es decir, no son producto de difusión mediática. Esto
parece una contradicción, ¿buena posición en la industria pero no hay difusión?
La explicación la encontramos en la historia reciente. Durante el siglo XX
gracias a estudios sobre todo de Piaget, la infancia adquiere importancia como
un periodo clave de desarrollo en la persona. A su vez, la literatura infantil
ha evolucionado para dar explicación de la nueva sociedad en la que vivimos.
Por otra parte, el libro ha vuelto a adquirir su carácter pedagógico en la
escuela, es decir, su uso para instruir y aprender, y además la obligatoriedad
de leer.
Hoy en día existen una grandísima
variedad de libros para niños y hay que elegir cuales leen y cuáles no, los
criterios que se siguen son los siguientes: criterios económicos, criterios de
desinformación, criterios pedagógicos o criterios morales, etc.
La producción de libros
infantiles supone un 15% de los libros en España, por lo que sí que es
recomendable que alguien se encargue de triar aquellos adecuados, es decir, de
allanar el camino a la hora de escoger un libro u otro.
Pero, qué problema nos plantea
esto, como ya sabemos, son libros escritos por adultos, que los recomiendan
adultos y que leen los niños. Las personas que deciden que deben leer y que no,
no son personas con una preparación especifica en este aspecto, son docentes,
pedagogos o psicólogos. Pero es fundamental que quien decida sea un buen lector
de literatura no solo para niños sino en general, debe tener cultura sobre la
historia de la literatura, de sociología que le permitan relacionar aquello que
lee con el contexto actual el cual está enmarcado el libro. También deberá
conocer la normas por las que se rige una novela, su estructura y ser capaz de
predecir su impacto en el lector o si posee o no valor literario.
Se establece una premisa por el
momento, si la crítica sobre el libro estable los valores literarios así como a
quienes serán los lectores, surge un problema, desde que punto de vista se hará
la crítica, ¿será subjetiva? En este caso el critico hará un análisis teniendo
en cuenta la opinión del adulto, se trata de una critica proyectiva. Entonces,
queda claro que la crítica se hace para el adulto ya que será él quien elija
los libros, pero no debemos olvidar el destinatario a la hora de hacer la
reseña del libro.
Por lo tanto la critica cumple
varias funciones: descubrir libros importantes, cuales están injustamente de
moda, cuales no vale la pena leer, establecer hacia dónde va la producción y
sobre todo para incitar a leer.
Llegados a este punto es
necesario explicar la diferencia entre seleccionar, evaluar y criticar. En la
selección muchas veces nos limitamos a escoger un titulo de una lista donde no
siempre tenemos claro los criterios que se han seguido para confeccionarla.
Evaluar es tener una opinión sobre el libro y por ultimo criticar es expresar
esta evaluación a un público.
Dada la gran cantidad de libros
que se producen el crítico no es capaz de leer todos los libros que llegan a
sus manos por lo que se decanta por aquellos títulos que le son más sugerentes,
así como dar preferencia escritores conocidos o libros que se da por sentado
que serán buenos.
A continuación algunas
observaciones referentes a la crítica:
- Tener en cuenta el género del libro, no se
evalúa igual una novela de ficción que una de aventuras. Hay que tener en cuenta el tipo de personajes,
si es plano, is tiene la misma edad que el lector, por otra parte se hay
diálogos como recurso narrativo, la simplicidad entendida como empobrecimiento
de la lectura. Relación de la imagen con la narración.
Para concluir, es necesaria que
existan espacios donde evaluar y criticar una obra, dar una orientación.
Opinión personal:
Hoy en día existe una sobre
saturación de libros infantiles para todos los gustos, la mayoría de ellos sin
fundamento ni con ningún valor pedagógico para el niño, por todo ello los
adultos deberíamos ser quienes marcásemos el límite de lo permitido para que
leen los niños y lo que no deben leer.
Para determinar que es aceptable
para su lectura y que no lo es debemos tener en cuenta el ámbito en que se va a
producir la lectura y cual queremos sea su finalidad siempre sin olvidar que
aunque sea una lectura por placer el libro en cuestión no debe ser banal ni
carente de moral. Por ejemplo, si el libro está destinado como lectura
obligatoria en el colegio nos fijaremos en que trasmite la obra, s genero, su
extensión, etc, no debemos olvidar que la lectura tiene que tener una
finalidad, en este caso pedagógica.
Si por el contrario queremos
seleccionar un libro para que el niño disfrute
y se entretenga nos fijaremos en que temas trata, su estructura, la
fluidez del texto, etc. Sea cual sea el libro que seleccionemos siempre no
fijaremos en la intencionalidad y le mensaje que transmita.
Por otra parte cuando hagamos la
selección del libro nunca debemos olvidar para quien va a estar destinado. Es
paradójico que los libros infantiles se escriban por adultos, los seleccionen
adultos y que los lean los niños. Por todo ello hay que tener muy en cuenta que
el lector final va a ser un niño y que por tanto va a ser él quien tendrá la última
palabra, quiera no podrá darnos una crítica argumentada de lo que ha leído pero
si podremos saber si le ha gustado el libro cuando le oigamos hablar de el y si
aun cuando pasen los días recuerda lo que leyó.
Por otra parte, ¿quiénes son los
que hacen las criticas? En mi opinión deberían ser profesionales de algún
ámbito relacionado con la infancia, personas que conozcan a los niños, sus
inquietudes, sus gustos, sus motivaciones, etc. No sirve cualquier persona para
esta labor por muy estudioso de la literatura que sea, si es necesario tener
unos conocimientos básicos sobre la estructura, los géneros, ect, pero
considero más importante el conocimiento del público al que va a ir destinado
el libro.
Enlace:
http://bib.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/platero/01593963324584953002257/p0000001.htm#I_1_
domingo, 6 de octubre de 2013
Resumen y opinión del artículo: De la televisión y el cine a la lectura. Gemma Lluch
De la televisión y el cine a la lectura
El
análisis que se hace de las relaciones entre la televisión y el cine y la
literatura, se da en tres vertientes. Hay algunos que hacen referencia a la
presencia de la literatura infantil y juvenil en la televisión. Otros apuntan a
las adaptaciones televisivas, que se han hecho de algunos clásicos de
literatura infantil. Y el último grupo, apunta la influencia de unas
narraciones en otras.
A
continuación se centra en la influencia del relato televisivo en la literatura
infantil y juvenil actual, y afirma como estas producciones literarias, se están adaptando a
las demandas de los lectores, enfocadas a la cultura mediática, creada en el
cine y la televisión.
Surge
así, la necesidad de plantear un cambio en la manera de leer. No entienden de
la misma manera la lectura un niño, que un padre o docente, la percepción de la
narración será distinta. Lo que se plantea ahora es como buscar en los relatos literarios,
con influencia televisiva, una fuente para la construcción lingüística,
narrativa y literaria. Para lo que los docentes deberán informarse o mejor
dicho formarse en lo que se entiende como el universo de sus estudiantes. No
cerrar la puerta que los llevará a entrar en contacto con la forma de entender
el mundo, de aquellos a los cuales, deben enseñar. Se deben aprovechar los
conocimientos audiovisuales en clase. Partir de las obras que forman el
imaginario de los estudiantes, es decir, de sus conceptos previos, para ir
añadiendo nuevas obras, a fin de formar tanto la competencia narrativa, como la
literaria. Para ello, según palabras de Bertochi, partiremos de los objetivos
afectivos, lingüísticos y metalingüísticos.
En
cuanto a las programaciones televisivas, en concreto la programación infantil y
juvenil, se desarrolla en base a dibujos animados y series en los que el
protagonista es humano. En todas las cadenas se repite este formato. Una
situación fija y unos personajes principales, que se alternan con otros
secundarios para dar la sensación de diferente. Cuando la realidad es que todo
gira en torno a esa situación y personajes, de forma que el lector siente
placer al escuchar repetida la misma historia.
En
cuanto a los autores, se apunta que no actúan por el bien social, sino por una
ganancia individual.
Para
concluir, Lluch dice que no debemos ignorar el poder de los relatos
audiovisuales, ya que, conforman una cultura global de la que nuestros
estudiantes son copartícipes. Y por tanto debemos analizarla en clase, para
enriquecer el currículo escolar y facilitar la tarea de los docentes.
Opinión:
Como
se apunta en el artículo la televisión y el cine están ganando la batalla al libro. Llegando
incluso a tratar de enganchar a niños y adolescentes a la lectura de libros
fundamentados en relatos televisivos. La pregunta que se me viene a la cabeza
es, ¿ qué ha quedado de aquel tópico que decía, “ el libro es mejor que la
película”? Ahora, no se da pie ni tan siquiera a esta comparación, ya que,
directamente no se lee, únicamente se pasan horas y horas delante de la llamada
“ caja tonta”. Para darle la vuelta a
esta situación, debemos platearnos, formas de relacionar en el aula, la lectura
de textos literarios, con el visionado de relatos televisivos. Hay que
acercarse al mundo de los estudiantes a través de este mundo audiovisual
próximo a ellos, para tratar de introducir y despertar el placer por la lectura
de lo que conocemos como literatura.
Para
terminar, dejo esta frase de William Faulkener, que ha llamado mi atención y
guarda relación con el tema que tratamos:
«El
problema de convertir una obra literaria en una película, es que le piden a uno
que suprima situaciones completas, que agregue escenas en las que uno no cree,
que convierta en principales algunos personajes secundarios y que haga
desaparecer personajes que para uno son entrañables e imprescindibles. Y ¿qué
recibe uno a cambio?: Una fortuna».
Enlace:
PRÁCTICA BLIJ: La animación a la lectura desde edades temprana.
Resumen:
Hoy en día la lectura
no está de moda, España es un país que se sitúa en penúltimo lugar en cuanto a
lectores se refiere y es por lo que se quiere promover la lectura. Hay que
decir que la lectura por la lectura, por gusto, por enriquecimiento personal,
por conocimiento del mundo, o la relectura, no son objetivos básicos de la
lectura. Por estas razones se busca que la sociedad empiece a adquirir unos hábitos
de lectura que les lleve a no leer simplemente por captar información sino para
adquirir conocimiento. Para esta motivación se crean animaciones lectoras y es
que solemos recurrir a diversas técnicas que nos permiten hacer nuevos
lectores, pero realmente la promoción a la lectura es algo más amplio, que está
muy relacionado con las políticas culturales de las colectividades de que se
trate.
Hay muchos tipos de
lectura, pero se sabe que la verdadera lectura es la voluntaria, la que no
tiene ninguna finalidad más allá de ella misma.
Muchos de los motivos
por los que se hacen las animaciones lectoras con educacionales. Además, la
lectura escolar es una lectura lastrada por su inclusión en un área como la que
representa la unión de Lengua y Literatura y por esa prescripción lectora, lo
que la convierte en una lectura claramente instrumental.
La animación a la
lectura necesita una reflexión profunda sobre la lectura, sobre sus qué, sus
porqué, sus cómo, sus dónde, sus cuándo, sus para qué y sus por medio de
quiénes, en los momentos en que los mediadores entre libros y lectores fueran
necesarios.
El ámbito de la animación
suele ser motivo de conflicto en más casos de los deseados, ya que la lectura
como placer es difícil de evaluar con criterios escolares, por lo que la
barrera entre lectura instrumental y lectura voluntaria no siempre aparece lo
suficientemente precisada para evitar que se confundan.
Valoración:
Se sabe que hoy en día
en España la lectura no es el principal atractivo de los jóvenes. Por estas
razones se fomentan estas animaciones a las lecturas desde edades muy tempranas
pero pienso, y estoy de acuerdo con el autor, que la promoción a la lectura se efectúa
en los propios hogares. Los niños cogen hábitos lectores si ven leer porque
creo que por muchas animaciones a la lectura que plantees siempre tienen un
modelo a seguir y en este caso son los padres. Por mucho que se haga por ellos
si no se refuerza dentro de las propias familias difícilmente va a ser
satisfactorio.
Todo esto me lleva a
pensar que realmente las animaciones lectoras no deberían plantearse únicamente
a los estudiantes, sino que también deberían plantearse a los familiares ya que
son estos los que inculcan sus propios valores a sus hijos que, en definitiva,
son los alumnos.
En conclusión, todas
estas animaciones a las lecturas deben llevarnos a que ya no solo los
estudiantes sino todo el mundo adquiera unos hábitos lectores para que la
lectura no sea algo de obligación, sino que sea algo cotidiano en la vida, pero
para ello necesitamos que los valores de la sociedad empiecen a cambiar porque si
no difícilmente cogeremos estos hábitos lectores, pero ¿Cómo empezamos a
cambiar esto? Es una pregunta que deberíamos plantearnos todos y a la que yo
tengo fácil solución, hay que empezar por los más jóvenes.
Enlace:
http://bib.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/platero/78030628760169464021457/p0000001.htm#I_0_
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http://bib.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/platero/78030628760169464021457/p0000001.htm#I_0_
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